Bueno, pues ya regrese del comic-con y que se descompone mi laptop. Cada que cargaba algo en flash tronaba con una horrible referencia a una sección de la memoria RAM que ya estaba mal. Y eso desbordaba el stack y pantalla azul, cada vez. Todos los días.
Así una no puede trabajar, no se puede escribir, no se puede leer, no se puede jugar!! Considerando las opciones de reparación (comprar pila, comprar mas RAM, comprar cargador…) y la opción de un equipo nuevo pues gano el nuevo. Ahora bien la pregunta era, ¿¿cuál?? Y ahí empiezan los problemas. Porque conozco ya a demasiados Mac-eros. Y dicen que “once you go mac, you never go back”, pero yo soy de la época donde tener una Mac era un infierno. No podías compartir archivos, no había compatibilidad ni entre productos Microsoft para Mac y para pc. Los discos se tenían que formatear de manera diferente y la verdad el botón derecho del mouse se extrañaba. Así que la Sony se veía muy, pero muy bien.
Sin embargo, mi hermano me presumía su Mac todos los días, y me mostraba cosas que podía hacer y sobre todo la pantalla de su laptop. Hermosa, y de hecho se veía mejor que todas las demás que había revisado. Así que empezó el gusanito de: “¿por qué no?”
Para no hacerles el cuento largo, caí. Y ahora les escribo desde mi nueva Mac. Llevo una semana con ella y apenas la ando domando, o mas bien ella me anda domando a mi. Dicen que es todo un proceso de adaptación. Y la verdad si, tiene muchas cosas padres, pero extraño mi Messenger, mi notpad++, mi tecla de suprimir y la verdad si extraño el botón derecho. Pero según los Mac-eros, todo lo puedo tener con un virtualizador y un ratón externo…. En fin.
Lo único que me deja esta experiencia es el hecho de que todo en esta vida es un compromiso y no se puede tenerlo todo. El que diga que lo tiene todo es un maldito mentiroso podrido.