Escuche claramente la puerta azotar.
– ¡No azotes la puerta JR! – dijo la mamá del niño en cuestión.
– No mamá – respondió el con el típico tono infantil que indica que es la ocasión millón dos que escucha esto.
Pocos segundos después, ahí estaba abrazado de mi cintura impidiendo que terminara de guardar los platos. Continue reading