— Claro que no señor Hernández, Mireya está atendiendo todos sus requerimientos personalmente. Usted sabe que eso no es común, se le esta dando preferencia.
— Pero no toma mis llamadas, Ana.
— Está en un viaje de promoción, estoy segura que si le escribes por correo tendrías mejor suerte.
— Prefiero hablar.
— Señor Hernández, así no puedo ayudarle. Se le está atendiendo lo mejor posible. Si requiere llamar puede dejar el recado con Lucas o conmigo.
— ¿Cuánto tiempo durará este desastre?
— Aproximadamente un mes, tal vez un poco menos —respondí— o más… —dije mas quedo.
— Esta bien, pero si no me atienden me iré a otro lado con mis negocios.
— Lo que sea mejor para su empresa señor Hernández. Nosotros comprendemos.