Hay miles de millones de historias en mi cabeza. Miles de personajes: Hay una chica que olvida cosas por todos lados y siempre anda preocupada porque piensa que olvida cosas por todos lados y es cierto. Hay una niña de 16 años que es una hacker experta y su firma es un kaomoji de conejito que te pide que pases un buen día. Hay un hombre solitario que espera la llamada de su hija todos los días, para luego no responder porque sigue molesto con ella. Existe una gordita que gusta de salir en bikini a la playa y jugar con sus amigas en el agua. Hay un gato mágico que da buena suerte si le das de comer tuna fresca. Hay una mezcla de conejo, gato, borrego que es súper tierno pero no sirve para nada, hay otra joven que es una inepta socialmente, pero como interactúa lo menos posible con desconocidos pasa como una persona normal hasta que se le sale un comentario fuera de lugar, un comentario nerd o un simple mini ensayo sobre algún tema de su interés y todo queda arruinado, hay una chica gato totalmente amargada por la vida que a pesar de todo ama cuando le rascan detrás de las orejas y muchos muchos mas. Pero no todos salen, no todos son protagonistas, no todos quieren salir. No todos tienen una historia de esas miles de millones. Y les toca esperar.
Porque a pesar de esa vastedad, no todos están maduros, o completos. A pesar de la cantidad, no todas están listas, y no soy capaz de contártelas en el aire. A lo mejor no soy tan buena historiadora, o mis historias no maduran tan rápido. Todos esos “Que tal si..” que están atrapados dentro del universo de mi mente están buscando adoptar personajes y tropes e historias. Y cuando todo se junta, deciden que es tiempo de tocar la puerta y comenzar a molestar de manera mas seria y profesional. Deciden atacarme mientras estoy fuera con gente normal, deciden distraerme durante películas y series, deciden aparecer en sueños, hasta que me convencen de sentarme y darles forma en una página en blanco.
Excepto los fanfictions. Esos molestan todo el día, todos los días. Son súper necios. Pero se quedarán encarcelados para siempre. Para siempre dije.