En un día como cualquier otro, en una presentación publica como cualquier otra, llega una joven a formar parte de la presentación cultural. Pero para su pesar, todos los lugares estaban ocupados. Dio algunas vueltas, se asomo buscando un sitio y nada. Nada de nada. Por fin, decidió que su interés por el espectáculo era mayor que su inconformidad por no encontrar asiento y decidió quedarse aunque fuera parada.
A su lado un caballero la miraba con curiosidad. Había observado como busco un asiento por todo el lugar, y sus titubeos. También apreció el hecho de que la chica decidiera quedarse aunque fuera de pie, junto con otro puñado de gente. En un instante más, sus miradas se cruzaron, sonrieron y siguieron mirando a la concurrencia. Se acerco otra señora mayor con su pareja y decidieron quedarse de pie también.
La chica comento en voz baja “Ya no hay caballeros en estos tiempos.” A lo que el caballero le respondió. “Si hay cabelleros señorita, lo que no hay son sillas”