Velas. Escribir qué tipo de hechizo se puede hacer con una vela negra.
Ya ni que decirle a mi único lector. ¿Será por esta falta de consistencia que no tengo más visitantes? Bueno no importa, el chiste es que alguien me lea, y si solo eres tú: misión cumplida.
Bueno, intentaré continuar sin pausas. Haciendo de lado la tesis y la lectura y solo dedicándome a escribir (jajaja, ya quisiera que esto fuera verdad) Bueno, vamos a lo que venimos 😛
Sin luz. Sin información. Sólo tenía una vela negra. Acababa de descubrir que podía hacer magia y en su casa los únicos utensilios para hacer magia eran cerillos y una vela negra. Nada sabía de cómo hacer un encantamiento, cielos, si la descubría su madre lo más probable es que la recluyera en un convento después de darle baños con agua bendita y latigazos para que se le saliera el chamuco y la idea de que podía hacer magia. Magia en el mundo católico de su madre era sinónimo de pacto con el diablo. Recordaba cómo había tenido que leer Harry Potter a escondidas, su madre fue de las que quemo libros de esos porque eran una blasfemia y un medio para lograr que los niños pensaran que la magia era una cosa buena.
Una vela negra. Y ni tan negra, era de esas de las que tienen cortes y son de adorno. Pero por su color, estaba arrinconada ahí cerca de los adornos de navidad. Entre las cadenas y banderas para adornar en la revolución y la independencia y la herramienta de papá. Había leído que los hechizos se los podía inventar ella, pero no recordaba bien si tenían una forma específica, no recordaba si tenían que ser en verso, o invocando a alguna fuerza de la naturaleza, o si tenía que pedir algo. Era horrible, como estar en la puerta y ver que mas allá hay todo un mundo nuevo y maravilloso del que se puede ser parte y sin embargo nunca podrá cruzar. Bueno que más da, podría si quisiera, encender la vela solo con su mente… ¿Era capaz?
De todos modos que iba a pedir, un hechizo se hace con un fin, y ella no tenía ninguno de momento. No era bueno pedir dinero, estaba a gusto con su persona, tal vez que su mamá dejara de ser tan cerrada de mente. Pero eso ocuparía una catedral de cera y seguro algún ofrecimiento de algún tipo. No, que tal que solo pedimos que regrese la luz. En fin, eso debería funcionar. Se sentó en la privacidad de su cuarto, su puerta con seguro y trabada con una silla. Puso la vela en el suelo frente a ella y cerró los ojos. Imagino la vela en el cuarto vacio, solo ella y la vela prendida. Únicamente esa imagen por lo que pareció siglos y siglos. De pronto un destello de luz le molesto la vista. Al abrirlos encontró que su cuarto estaba iluminado por la débil flama…